miércoles, 28 de octubre de 2015
Morfemas.
Es un monema dependiente, es decir, el fragmento mínimo capaz de expresar su significado (y además referencia si va unido a un monema no-dependiente o lexema). En muchas lenguas los morfemas generalmente están constituidos por una secuencia de fonemas, aunque en otras lenguas algunos elementos fonéticos supra segméntales como el tono, el acento o la nasalidad pueden constituir una diferencia fonética que realiza un fonema (en estos casos los morfemas no son un fragmento separable de la palabra).
Tradicionalmente, se ha señalado que el «morfema es la unidad más pequeña con significado de la lengua» aunque dicha definición no es demasiado útil porque no aclara qué debe entenderse por significado, ni establece qué es una unidad relevante. Informalmente los morfemas se clasifican en varios tipos: morfemas léxicos o lexemas, morfemas gramaticales que a su vez se clasifican en derivativos y flexivos. Algunos autores usan el término monema para designar tanto a los lexemas como a los morfemas (gramaticales).
De acuerdo con el grado de anexión a la palabra, los morfemas pueden dividirse en:
Morfemas independientes: son clíticos, que admiten cierta independencia fonológica del lexema. Este tipo de morfemas permiten la inserción entre él y el lexema de otros morfemas y palabras, no provocan ciertos cambios fonéticos, evidenciando la presencia de una barrera para dichos cambios, etc. En español, estos morfemas independientes o clíticos están formados por elementos como los determinantes, las preposiciones y las conjunciones.
Morfemas dependientes o ligados: son unidos o fusionados a otro monema para completar su significado. En ciertos casos provocan cambios de acento, cambios fonéticos en los fonemas adyacentes y sólo pueden aparecer en un orden secuencial concreto, no permitiendo la interposición de ciertos elementos entre ellos y la raíz o morfema adyacente. Hay dos tipos:
Morfemas derivativos y flexivos
Los morfemas derivativos en español pueden clasificarse además en:
Prefijos. Cambian el significado de la palabra anteponiéndose al lexema y a menudo tienen origen griego o latino
Sufijos. Cambian el significado de la palabra posponiéndose al lexema.
Infijos. Son elementos átonos sin contenido semántico (carecen de función gramatical y significativa). Sirven para unir el lexema y el sufijo de algunos derivados de forma que no quede con malformaciones.
Los interfijos por otra parte son alargamientos que en sí mismo no pueden considerarse morfemas con significado gramatical ya que puede argumentarse que todo el significado recae en los afijos a los que alarga. Podemos encontrar dos tipos de interfijos:
De carácter antihiático: para evitar la formación de hiatos. Ejemplo: Cafecito para evitar la formación de un hiato en cafeito.
De carácter diferencial: para distinguir entre dos palabras de significado distinto. Ejemplo: carnicero (persona) para diferenciarlo de carnero (animal).
No debe confundirse un interfijo con un infijo. Muchos interfijos (los antihiáticos, por ejemplo) no aportan ningún cambio de significado gramatical o referencial, mientras que los infijos siempre lo hacen (al igual que los prefijos y sufijos).
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